VOLVER A NACER
¿Qué son 18 años? Para los cuarentones en adelante no es nada, se refieren a quienes hemos cumplido casi dos décadas como a "niños" y "niñas". Y así es, es lo que somos. Pero lo somos con una adición de la que no gozan tanto los menores de quince: capacidad de pensar por nosotros mismos. Tenemos la vitalidad y la energía más que suficientes para todo lo que nos propongamos, siendo además como un libro casi en blanco- y digo casi porque las primeras páginas de nuestro paso por aquí ya tienen texto, aunque haya sido escrito por otros-.
Disfrutamos de lo que una mente aún sin exprimir nos proporciona, nos beneficiamos de no saber nada para empezar a aprenderlo todo, con lo bueno y con lo malo, geniales a partes iguales. Nos contentamos con lo que nos gusta y escarmentamos tras las equivocaciones. Muchos dicen eso de "es que te dejas influir por el resto", bien. Sí. Somos influenciables. Nos dejamos llevar y lo hacemos a propósito. Somos exploradores, y no de una manera objetiva ni mucho menos, somos subjetivos y nos encanta cambiar de opinión. Absorbemos cada cosa, ya sea una idea, un talento... Y es que es la hora de hacerlo, si no es a los 18, ¿cuándo toca? Por fin damos rumbo a nuestras vidas, decidimos hasta si queremos que lo tengan o no. Muchos lo tienen claro, otros no sabemos ni por dónde da el aire... Y eso, señoras y señores, es lo realmente acojonante y extraordinario de esta etapa que nos concede la aventura de la vida.
Nos planteamos por primera vez si creemos o no en Dios -o en cualquier otra creencia por tradición- y empezamos a tomar decisiones más o menos importantes. Descubrimos que nuestros padres son personas, solo personas, y eso que nos decían de "yo también cometo errores" finalmente vemos que es la pura verdad, y no una mera forma de hablar. Comenzamos a distinguir entre "los mayores" a los que vale la pena admirar y a los que nos hacen preguntarnos qué vimos en ellos alguna vez.
Con mucho más que decir al respecto pero sin tiempo para escribirlo, acabo diciendo: El adjetivo perfecto para la descripción de la recién cumplida mayoría de edad es REFRESCANTE.
¿Que qué son los 18 para mí? VOLVER A NACER.
Posdata: Padres y madres del mundo, no vale enseñarnos a tener personalidad en nuestros años de infancia y más adelante frenarnos porque resulta que no salimos como os gustaría, es cruel. Lo siento, es duro, pero es así, si no nos aceptáis vosotros, difícilmente lo haremos nosotros, y eso sería una putada.
Disfrutamos de lo que una mente aún sin exprimir nos proporciona, nos beneficiamos de no saber nada para empezar a aprenderlo todo, con lo bueno y con lo malo, geniales a partes iguales. Nos contentamos con lo que nos gusta y escarmentamos tras las equivocaciones. Muchos dicen eso de "es que te dejas influir por el resto", bien. Sí. Somos influenciables. Nos dejamos llevar y lo hacemos a propósito. Somos exploradores, y no de una manera objetiva ni mucho menos, somos subjetivos y nos encanta cambiar de opinión. Absorbemos cada cosa, ya sea una idea, un talento... Y es que es la hora de hacerlo, si no es a los 18, ¿cuándo toca? Por fin damos rumbo a nuestras vidas, decidimos hasta si queremos que lo tengan o no. Muchos lo tienen claro, otros no sabemos ni por dónde da el aire... Y eso, señoras y señores, es lo realmente acojonante y extraordinario de esta etapa que nos concede la aventura de la vida.
Nos planteamos por primera vez si creemos o no en Dios -o en cualquier otra creencia por tradición- y empezamos a tomar decisiones más o menos importantes. Descubrimos que nuestros padres son personas, solo personas, y eso que nos decían de "yo también cometo errores" finalmente vemos que es la pura verdad, y no una mera forma de hablar. Comenzamos a distinguir entre "los mayores" a los que vale la pena admirar y a los que nos hacen preguntarnos qué vimos en ellos alguna vez.
Con mucho más que decir al respecto pero sin tiempo para escribirlo, acabo diciendo: El adjetivo perfecto para la descripción de la recién cumplida mayoría de edad es REFRESCANTE.
¿Que qué son los 18 para mí? VOLVER A NACER.
Posdata: Padres y madres del mundo, no vale enseñarnos a tener personalidad en nuestros años de infancia y más adelante frenarnos porque resulta que no salimos como os gustaría, es cruel. Lo siento, es duro, pero es así, si no nos aceptáis vosotros, difícilmente lo haremos nosotros, y eso sería una putada.
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