PROFESORES Y PROFESORES...
En un lugar como este no podía faltar el tema de la docencia en la universidad. La verdad es que da gusto que existan profesores buenos. Con "buenos" quiero decir cojonudos. Me estoy refiriendo a esos que, encima de que se nota que saben de lo que hablan- son capaces de explicar algo complejo como si fuera sencillo y además hacerlo entretenido- se entusiasman con su materia. Los que dan sus clases y nos transmiten pasión y ganas de estudiar, aunque muchas veces solo se quede en ganas porque luego la mayoría suspendemos... Miento. Éstos son los que consiguen que los alumnos empollemos por voluntad propia. Logran que incluso el más tímido alce la mano para preguntar, porque le puede más la curiosidad- avivada por el docente, insisto- que la vergüenza que le pueda llegar a dar intervenir en clase, sonrojarse con casi cien pares de ojos clavados en él y la posibilidad de despertar algún que otro comentario entre los compañeros, que no es poco para quien prefiere pasar desapercibi